Ponerse jingle bells es una necesidad.
Jingle Bells o Grinch. Aquí no conocemos el punto medio.
No sé tú, pero a mí estas fechas me despiertan una necesidad medio enfermiza de leer o ver historias feel good.
Cozy.
Lugar seguro.
No sé cómo se le dice a ese tipo de novela o cuento que lees para sentir que el mundo está un poco más lleno de magia, que los finales felices existen y que no todo es tan malo o difícil como el año puede hacernos creer.
Llámalo fantasía.
Qué maravillosa que es.
¿Te he contando que soy una fan de los romances a primera vista? Me fascina la idea de tener una conexión instantánea con alguien que sea tan potente e irreal que absolutamente nadie la pueda creer.
Como un milagro, una fuerza superior, un regalo, un destino.
Y eso me ha hecho muy fan de las novelas cortas navideñas.
OJO, CORTAS.
Si me vendes un insta-love que luego se extiende por 400 páginas en un pueblito pequeño que celebra navidad, es que me voy a bajar.
Porque para llegar a 400 páginas lo primero que viene a mi mente es: Seguro hay exceso de drama.
Y el drama del tipo exnovias malvadas, gente muriendo, lágrimas de telenovela y constantes malos entendidos, no encajan con lo que quiero sentir. No son jingle bells.🎆
Llámame cursi.
Soy una cursi.
Y siempre me digo que escribiré algo navideño para las fechas, algo dulce, de estilo instalove, de pocos capítulos.
Cada año me quedo en el "intento" porque para lanzar una novela en navidad hay que escribirla muchos meses atrás y ve tú la ironía pero en mayo o agosto no siento los vibras mágicas 🤷
Un escritor no puede depender de la inspiración.
Pero esta escritora sí que depende de las vibras.
Ahí lo dejo.
Caso es que entonces este diciembre retomé el mundito de “Besos sabor Demonio” e imaginé a cupido tratando de hacer un buen trabajo, ese buen trabajo no incluye enamorarse de sus objetivos y menos aún fingir ser su cita a ciegas.
Micah, uno de los pocos ángeles que quedan en esta ciudad, flecha a Aarón, un cínico abogado de divorcios. Y lo que debería ser un trabajo sencillo, se convierte en la misión más difícil cuando este hombre no reacciona a la flecha y encima de todo lo puede ver y acaba confundiéndole con su cita a ciegas.
El ángel debe resistir la tentación de demostrarle a Aarón que el amor existe. Lo que va contra las reglas.
Un ángel no debe intervenir más.
Un ángel no puede entregarse a los placeres humanos, ni a los besos, ni a las caricias.
Pero este ángel parece cometer muchos errores.
Mi plan es terminarla este diciembre como regalito de fin de año, gracias por acompañarme en mis sexys y cursis historias de romance Boys Love.
No sé si la dejaré permanentemente gratis, así que aprovecha ahora mientras la voy publicando 💛
Ya sé que no es navideña jajaja es más de San Valentín, pero aún así finjamos que es jingle bells.
Lee El dulce error de un cupido y cuéntame qué tal!