Amo el Boys Love aunque me apunten con el dedo (Y eso es lo que escribo)
"Susurra a mis espaldas y a mí me importe un bledo" No, resulta que no fue una etapa, mamá.
Este es el primero de una serie de post sobre el mundo Boys Love y por qué escribo este tipo de ficción:
Amo el Boys Love aunque me apunten con el dedo
Mi historia con el Boys Love
¿Por qué escribir BL cuando podría escribir sobre mujeres?
Próximamente
Como a toda mujer se me ha criticado por casi cada decisión que he tomado en mi vida (E incluso por las que no he tomado yo).
Así que estoy segura que, por lo menos una vez, alguien ha juzgado tu persona por lo que lees. Da igual si es terror, fantasía o erótica.
La caja en la que crecimos siempre nos señalará con el dedo.
Si tocas un género “para hombres” como la fantasía épica, no faltará el listillo que te acuse de no entenderle o de ser pura pose.
Si amas un género “exclusivo para mujeres” como el romance o la erótica, te acusarán de idiota.
El camino que elijas tendrá a un grupo de imbéciles con la autoridad intelectual y moral (concedida por su propio delirio) de acusarte de algo.
Pero el género Boys Love, madre mía, creo que es uno de los que más levanta escarpias.
Acusado y odiado por todo el mundo. Hombres, mujeres, comunidad LGBTQ+. Incluso por sus mismas fans que un día, luego de cruzar el umbral de cierta edad, miraron hacia atrás con vergüenza de su pasado y renegaron de un género que alguna vez les dio felicidad.
Yo misma me he preguntando mil veces por qué escribo BL, ¿Por qué sigo consumiendo estas historias que han sido analizadas hasta el cansancio para llegar al veredicto de que debería quedarse como una etapa?
Así que este post surge luego de un buen puñado de autoreflexión.
¿Qué es el Boys Love?
Un género nacido en Japón por allá de los años 70 que mostraba relaciones románticas / afectivas entre dos hombres desde una perspectiva femenina.
Creció como un espacio alternativo para una gran cantidad de autoras japonesas que encontraban restricciones en el romance tradicional o las revistas de la demografía Shojo y Josei.
Más sobre demografías en este episodio de mi pódcast. (Hecho en 2018)
Iniciaron como publicaciones independientes y de bajo presupuesto, muchas de ellas eran trabajos derivados de animes populares.
Durante décadas estas mujeres, creadoras y consumidoras, fueron llamadas “Fujoshi” que significa “Mujer Podrida”, palabra que fue resignificada y tomada por ellas para definirse.
El género nació como una especie de válvula de escape a lo que no estaba bien visto contar, desde el tipo de personaje rotos, caóticos o dañinos, hasta los modelos en los que estos personajes se relacionaban entre ellos.
Fue una forma de las mujeres de expresarse sin tabúes.
Al ir creciendo, las mangakas encontraron espacios en la ficción comercial, pasando a volverse autoras de revistas reconocidas y serializadas. Y por supuesto, permitiendo que estas historias alcanzaran a un público más amplio.
El fenómeno se expandió a muchos países asiáticos como China, Corea, Tailandia, que hoy en día tienen su propia industria del género.
Sin embargo, en occidente ha habido un choque cultural.
Occidente tenía su propia literatura gay y sáfica, historias enfocadas en dar voz al colectivo.
La influencia japonesa y la naturaleza de las mujeres de shippear personajes masculinos (que da para otro post) hicieron nacer el Romance MM.
Nuevamente mujeres escribiendo sobre amor entre hombres y ocupando espacios que, se les reclama, no les pertenecen.
Esto por allá de los 80´s y 90´s con el boom de la literatura de romance de los sellos Harlequín entre otros.
Un poco de historia en este pódcast de 2019
En años recientes, en este lado del charco, la literatura LGBTQ+ tomó fuerza en las estanterías destinadas a una audiencia juvenil.
Los romances creados en esos años fueron el principal tren contra el que el BL asiático chocó. Bueno, no el BL en sí, sino las lectoras que teníamos años sumergidas en esos lares y descubrimos que la línea que separaba el BL del LGBTQ+ por primera vez no estaba muy clara.
No era lo mismo.
Por supuesto que no, habían surgido desde diferentes filosofías y contextos políticos y culturales. Respondían a sus públicos y apelaban a sus tramas desde lugares distintos.
Pronto comenzó un proceso de hibridación, también una guerra civil y moral.
Las autoras y lectoras de MM romance no sabían donde estaban paradas, no sabían si moverse hacia lo LGBTQ ni si escribir MM, fetichizando hombres, era un pecado que nos condenaba a la pica.
En Estados Unidos la pelea lleva sus buenos años.
Autoras han decidido cambiar su enfoque para crear también consciencia social, aunque no pertenezcan al colectivo.
Mientras que otras se han mantenido firmes en su forma de entender el género y escribirlo.
Ahora, con el boom de novelas americanas en español el debate por fin llegó a nuestro idioma y durante la masiva popularidad de la serie de “Heartstoper” y las palabras de su autore, las consumidoras volvieron a dividirse.
¿Cómo deberíamos entender el BL en este lado del charco? ¿Tenemos que mezclarlo y solo separarlo cuando se trata de contenido asiático?
Cada vez la línea es menos clara, ¿Dónde un romance se convierte en BL y dónde en Lgbtq? ¿Parte de la intención del autor? ¿Parte de la relevancia de la identidad sexual del personaje? ¿Dónde está la línea y qué tan relevante es conocerla?
Las chicas de Eromango BL organizaron un debate partiendo de la premisa que ambos son distintos:
Como fujoshi y como autora he rascado en mi propia consciencia y me he apoyado de las reflexiones de otras personas para tratar de sacudirme el juicio moral externo y encontrar el mío.
Me he hecho muchas preguntas y he reconocido las diferentes posturas quienes escriben, consumen y también de quienes lo aborrecen.
Entré muy jovencita al género y, ya no por ser BL, sino en general, sí que creo que es valioso hacer una crítica a lo que más leemos como un ejercicio de autodescubrimiento y crecimiento personal.
Después de un buen puñado de crisis existenciales y de que, al final, en este lado del mundo separar el BL del LGBTQ+ no es tan fácil y lo más probable es que estemos en un limbo constante sobre lo que es y lo que no el BL, me decanto por considerarlo el género en el que escribo.
Allá a donde nos lleve eso.
Si mi balanza se inclina hacia un lado es, con seguridad, el BL asiático incluso si mi nacionalidad, idioma y cultura al final crean algo que es único en sí mismo.
Un BL occidental, tal vez.
¿Está todo mal en el Boys Love?
El género se ha masificado y, señores, es un género con una gran cantidad de historias problemáticas.
Vamos que si estuviéramos hablando del enorme género de romance, es como si en ese paraguas la mayoría de historias fueran dark romance. Cuando en realidad al ser tan grande tienes de todo, desde romance de manita sudada, romance cristiano, romance pueblo pequeño, romance de oficina, romance… ¿Ya entendemos no?
Pues el BL nació como una válvula de escape y acogió en su filas a las creadoras de historias que querían desafiar las convenciones del romance tradicional.
Y durante muchos años, al ser un mundo pequeñito, las historias solían tener, todas, temas problemáticos.
Las lectoras de BL buscaban emociones fuertes, historias que no pudieran encontrar en otros lugares y aventurarse en relaciones que trasgredían un montón de aspectos culturales.
Pero han pasado ya cincuenta años de que el género nació y la variedad de historias se ha diversificado tanto que encontrar un BL adecuado a tus gustos muy específicos es posible.
Estamos hablando de que, por lo menos en este lado del mundo, el BL es el género de romance pero con chicos. Y abarca tanta variedad como la novela rosa.
Aquí está un post en el que explico la evolución y subgéneros del BL actual. (Incluye video también jaja)
¿Así que por qué el BL tiene tan mala fama?
El público mayoritario de BL empieza muy joven, cuando las normas sociales no acaban de ser muy bien absorbidas y muchas fans suelen cometer algún que otro desliz que nos ha dado fama de locas.
Casi siempre eso se cura con la edad.
Lo otro que nos da mala fama… bueno…
Las historias MÁS populares en el Boys Love suelen volverse precisamente populares porque sacuden a las lectoras, las sorprenden desafiando lo que se considera correcto en el romance y se masifican por el morbo producido.
Es así que personas fuera del mundillo, de este círculo de lectoras habituales, suelen conocer el BL gracias a su cara más problemática y también la más visible.
Por tanto el discurso que se replica hacia el mundo exterior nos seguirá condenando por ser parte del problema que tiene el BL.
Lo que no significa que todo el BL tenga los mismos valores y los mismos temas. Simplemente que solo una fan del BL se sumerge a explorar con todas las aristas que ofrece el género.
Y he ahí también lo maravilloso.
Esta trasgresión en su concepción ha permitido que se creen obras espectaculares sin límites ni restricciones mezclando lo bizarro, el horror, el suspenso y todo lo imaginable con un fuerte componente de relaciones románticas y eróticas que no por nada sigue siendo el género más leído en todos lados.
Amo el romance.
Pero más amo el Boys Love.
¿Y tú, amas el BL incluso cuando cargamos todo este mal rollo a cuestas?
Me gusta el BL, aunque reconozco que no estoy taaan puesta en el género como otras compañeras, pues yo apenas he consumido un par de obras empujada por esa necesidad femenina de shippear personajes masculinos, como tú bien dices xD
En cuanto al debate de la línea que separa el BL de lo LBGT, desde mi punto de vista, creo que la ficción LGBT (sea del género qué sea) suele tener un mensaje político o de autoaceptación, como puede ser el propio Heartstopper o Rojo, blanco y sangre azul, mientras que el BL está más vacío en ese aspecto y se centra simplemente en la relación romántica de los personajes (una vez más, dentro del contexto que sea), como puede ser Mo Dao Zu Shi o Cherry Magic (que si bien son géneros totalmente diferentes aquí tenemos a dos chicos que se enamoran y hacen su vida sin dar ningún tipo de mensaje ni reflejando situaciones o dilemas por la que cualquier persona LGBT pasaría).
De todos modos no creo que tengan que ser género enfrentados, al contrario, creo que pueden complementarse muy bien: uno da mensajes sociales, otro puede ayudar a normalizar al presentar relaciones entre hombres que se tratan con absoluta normalidad. Luego ya está el tipo de historia que te metas entre pecho y espalda porque, como bien has dicho, en el BL hay de todo, y algunas cosas dan miedo.